Yukio Kaneko.
“Men who fear demons see demons everywhere.”

Nombre: Yukio Kaneko.
Cumpleaños: 11 de Enero del 1116.
Edad: 905 años.
Orientación: bisexual.
Mafia: ninguna.
Hijo del demonio Tengu, Yukio Kaneko ha heredado la peor parte de su padre. Su extraña y terrorífica apariencia no se aleja mucho de cómo es realmente. Lo poco que le queda de corazón late únicamente con el afán de buscar y consumir a aquellas personas perdidas y que han sido devoradas por el ansia y las ganas de poseer riquezas. Como demonio que es, se alimenta y satisface sus necesidades a base de aquellos que tienen un alma impura y corrompida… Cuanto más, mejor.
Yukio es un ser impío que no mostrará sentimiento alguno por aquellas personas que solamente busquen y deseen el poder. Por lo contrario, puede llegar a ser incluso compasivo con aquel ser que sea de alma pura y bondadosa… si es así, no mostrará interés alguno en devorar sin piedad su interior.

Historia:
Teniendo en cuenta la larga vida de Yukio, se podría decir que lo ha visto todo. Su padre, muy diferente a él, siempre lo repudió. Desde pequeño, siempre pensaba que había algo mal en él. Vivía rodeado de oscuridad y personas que esperaban de él mucho más de lo que era. Todos susurraban a sus espaldas que era un despojo y que jamás llegaría a alcanzar el poder, como su famoso padre hizo. No quería ser igual que él, quería tener su propio sentido de vida y sus propias metas que alcanzar… ¿Pero acaso era eso posible, para un ser como él? Envidiaba en silencio a otras razas que eran más libres y queridas que la suya.
Los años pasaron y Yukio seguía siendo la sombra de su padre. No paraban de repetirle que así no llegaría a nada… Odiaba que todo el mundo tuviese tantas expectativas de él, como si fuese una obligación destacar y tener poder. Pero, ¿qué le detenía ahí?
Un día, con ayuda de su único amigo, dejó su "hogar" para así emprender su propio camino, donde nadie le juzgaría ni le diría qué hacer. No sería fácil lidiar con sus fuertes y oscuros sentimientos, pero se las arreglaría, como siempre había hecho.
Su mayor coraza era su fría forma de ser. A lo largo de su camino sabía perfectamente que se encontraría a todo tipo de seres con todo tipo de intenciones, pero no dejaría que nada ni nadie le pisase, como ya había pasado. Tenía muy claro que haría todo lo necesario para ser él mismo.
Lo que él no sabía era que su padre, enterado de lo que el joven demonio había hecho, movería cielo, infierno y tierra para buscarle y castigarlo cómo él creía que merecía.